Cuestión de esencia

por Ennio Sotanaz On 14:57
Yo no lo tengo tan claro. Después del partido contra Honduras (primera victoria en el mundial) tengo todavía más dudas que después del partido contra Suiza. Sin ánimo de ser agorero me deja bastante intranquilo lo visto esta tarde.

Es cierto que esto es un mundial y en competiciones así existen un montón de factores en juego aparte del eminentemente técnico que hay que tener en cuenta (que se lo digan a Italia). Está claro también que quitarse el peso de ganar el primer partido es complicado, está claro que jugar mil metros más alto que hace una semana afecta al fondo físico y está claro, meridiano más bien, que hemos tenido ocasiones suficientes para ganar el partido por unos guarismos escandalosos pero personalmente, insisto, no me quedo tranquilo.

Me da la sensación que el tropezón de Suiza ha hecho que esta selección pierda su esencia si es que no la había perdido ya antes. ¿Qué ha ocurrido? ¿Ha sido el empeño constante de Vicente del Bosque por jugar de la forma que a él le gusta en contra de lo que había funcionado bien? ¿Ha sido el estado físico en el que llegan nuestros internacionales tras una temporada larga y dura? ¿Han sido las lesiones que han afectado a los jugadores clave del equipo? ¿Ha sido ese optimismo recalcitrante, xenófobo y faltón tan propio del madridismo más intransigente que se ha adueñado del entorno de la selección y por ende del equipo? No lo sé. Probablemente sea todo y nada a la vez. En cualquier caso la duda que verdaderamente me preocupa es si tiene solución.

No sé lo que dirán otras crónicas pero a mí no me ha gustado como ha jugado España. He tenido un momento de esperanza y alegría cunado el equipo ha salido con una actitud totalmente diferente a la del primer partido. Gracias a Dios la especulación miedosa del otro día se ha quedado para los últimos minutos y enseguida se han ido a por los tres puntos. Por lo civil o lo criminal lo cual está muy bien y debería bastar para derrotar a muchas selecciones. Eso si, el gol abre latas ha tenido que venir por una jugada individual del mejor del partido, el ahora blaugrana Villa.

El resto no me ha gustado nada. Me sigue pareciendo un error injustificable jugar con dos mediocentros defensivos (por mucho que Del Bosque diga otra cosa Xavi Alonso está colocado como mediocentro defensivo) en paralelo que ni conectan arriba ni dan seguridad atrás. Ni hacen jugar ni equilibran. Ni aportan ni marcan la diferencia. Me gusta todavía menos cuando se empeñan en abrir el campo con jugadores de banda demasiado estáticos en el lateral dejando la zona de creación en barbecho. De esa manera la circulación entre líneas es nula (o muy lenta) y el delantero de referencia se pierde en una maraña de jugadores. De esta manera aparecen huecos, desajustes y desequilibrios que además exiges al equipo un tono físico que no tiene y lo hace así más vulnerable. No es cuestión de jugar con uno o dos delanteros (aunque Villa estaba tirado a una banda casi siempre) sino de concepto. El equipo español que nos ha traído aquí cargados de optimismo era un equipo que jugaba fundamentalmente en tres cuartos de cancha por detrás del delantero, haciendo cambios de banda y tocando la pelota con rapidez entre líneas. La España de hoy no hacía eso ni mucho menos con unos medios demasiado atrás y unos interiores demasiado escorados. Hoy se tocaba en su campo y se echaba el balón a la banda.

Espero que todo esto no sea más que un espejismo fruto de los nervios y que todo se despeje para bien el próximo viernes en el que la selección se abrace a su verdadera esencia por primera vez en este campeonato y ya no la suelte hasta el final. Si no lo hace me temo que España será otra selección más cualquiera, vulgar, aburrida y predecible. Así no nos ha ido bien nunca. España sólo ha tenido éxito el día que decidió mirarse a si misma y no imitar a nadie. Espero que quien tiene que hacerlo piense en ello y saque conclusiones. Estamos a tiempo.

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